No hace falta que estés para sentir amor, a final de cuentas nunca fuiste tú quien inspiró este amor…

Es triste ver cómo todo va colapsando una vez más como pieza por pieza va cayendo todo ver las paredes derrumbarse y quedar desprotegida es difícil alcanzar las manos de otros a la distancia

Trazos de amores rotos y de sueños imposibles, nos convertimos en aire, en silencio, condenados a vivir en una nube de nostalgia, ideando nuevas formas de tormento, somos aire y somos fuego, somos la dicha de un recuerdo y la amargura de la realidad. Trazos de amores imposibles y de sueños rotos, la realidad más cruda de no saber a dónde ir, la imposibilidad de estar en paz, somos aquello que no se dice, pero que siempre sentimos, que duele y eleva, somos la razón de estar cada día y de no querer despertar solos.

Imposible no amarte, no soñarte, no extrañarte

Imposible no sentir que mi lugar está a tu lado 

Me sobran motivos para correr a buscarte

Y aún así debo esperar en el abrazo de otro

En la nada de otro... 

Me sobran motivos, pero me faltan fuerzas

Me faltas tú... 

Andamos a ciegas en la noche, 

nos guiamos con caricias, 

con suspiros, con palabras francas, 

compartimos un sentimiento indecible. 

Estamos a la deriva, vivimos en la penumbra, 

 en los días grises donde no hay sol, 

donde la luz no toca nuestros cuerpos, 

donde podemos ser sin ser.

somos fuego y somos humo, somos la nada que habita dentro de mi de ti, de ambos... somos uno mismo en la penumbra, en los recovecos donde nadie observa, donde todos saben y todos callan... somos parte de la noche, de un sistema oculto, somos el todo y la nada...

Y te amé, no te conocía pero te amé. Llegaste una noche sin avisar, volcaste mi vida y llenaste todo de luz. La mejor parte es que la luz iluminaba ambas partes de la calle. Fuimos una misma persona.

Y te amé. 

Y me sentí amada con la misma intensidad. 

Y me quedó claro que nunca he amado realmente a nadie y que nadie nunca me ha amado de verdad. 

Fuimos una misma persona. 

Y ahora te busco entre sueños y recuerdos porque nunca estuviste y nunca fuiste, pero te amo.

Me siento triste, me siento vacía, me siento en la nada... Veo todo fluir a mi alrededor y yo permanezco estática, incluso cuando me muevo... Ya no vibro, nuevamente estoy perdida en una inmensidad... Y esta vez ya no quiero salir 

y retornas, como el viento hace que vuelva la marea a la playa... y me llenas y revuelcas en una corriente de emociones, te das el lujo de ir y venir, de perderte en el horizonte... y está bien, siempre fuimos así, juntos intempestivos, separados, la calma... vivimos extrañando esa vida que no vivimos, el recuerdo de lo que fuimos, somos nostalgia, muerte, vida, muerte, caos, muerte, destrucción, muerte, somos de todo y nada, más nada que todo... y nos amamos

Varias veces al día siento que he muerto, que vivo una doble vida, una triple vida, cuatro realidades a la par, todas juntas, todas diferentes. Como si al caminar por la calle vislumbrara un obstáculo y de pronto tropezara, pero en realidad no pasó, solo lo pensé. Y entonces, ese singular pensamiento continúa en una realidad paralela y yo sigo caminando, pensando dos vidas, dos mundos, experimentando dos sensaciones, todo a la vez y al mismo tiempo nada, siento y vivo esa otra posibilidad que no me deja concentrarme en la vida que realmente estoy llevando. Todos los días, cada día, siempre es un fastidio vivir y no vivir, estar y no estar.
Cada día o la mayoría de ellos, despierto y tengo esta necesidad de acabar con todo, quiero volver a cerrar los ojos y hundirme en un sueño profundo, pero el sueño no está, se ha ido. Me convierto en marioneta de mi insomnio, en nada, en todo. En un todo y me sofoco, soy asfixiante, terrible, una noche sin estrellas, sin viento, sin luna, cargada de absolutamente nada...